sábado, 11 de febrero de 2012

DESIDERATA - Copyright de Max Ehrmann

Desiderata (del latín desiderata "cosas deseadas", plural de desideratum) es un poema muy conocido sobre la búsqueda de la felicidad en la vida. Sus derechos de autor son del año 1927 y pertenecen a Max Ehrmann. Desiderata fue publicado en 1948 (después de la muerte de su autor) en una colección de poemas titulada "Desiderata of Happiness", recopilados por la esposa de Ehrmann.

En la década del 60 circuló sin la atribución a Ehrmann, a veces con la afirmación de que había sido encontrado en la iglesia St. Paul de Baltimore, en Maryland, Estados Unidos. También se decía que había sido escrito en 1692 (año de la fundación de la iglesia). Sin embargo, esta poesía ha mantenido el sello de Ehrmann en algunas de sus ediciones.
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http://www.youtube.com/watch?v=164pNqJ6vPs&feature=related
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Anda plácidamente entre el ruido y la prisa, y recuerda qué paz puede haber en el silencio.


En cuanto es posible, y sin rendirte, mantén buenas relaciones con todas las personas.


Dí tu verdad tranquila y claramente; y escucha a los demás, incluso al aburrido o al ignorante; ellos también tienen su historia.


Evita las personas ruidosas y agresivas, ellas son molestas al espíritu.


Si te comparas con otros, puedes volverte vanidoso y amargado; porque siempre habrá personas más grandes y más pequeñas que tú.


Disfruta de tus logros, así como de tus planes.
Mantén el interés en tu propia carrera, aunque sea humilde; ella es un verdadero tesoro en los cambiantes azares del tiempo.


Ten precaución en tus negocios; porque el mundo está lleno de trampas.
Pero no por eso te ciegues a la virtud que pueda existir; hay mucha gente que lucha por altos ideales; y en todas partes la vida está llena de heroísmo.


Sé tú mismo.
Especialmente no finjas afectos.
Tampoco seas cínico respecto del amor; porque frente a toda aridez y desencanto el amor es perenne como la hierba.


Recoge mansamente el consejo de los años, renunciando graciosamente a las cosas de la juventud.


Nutre tu fuerza espiritual para que te proteja ante la desgracia repentina.
Pero no te angusties con fantasías, no te preocupes...
Muchos temores nacen con la fatiga y la soledad.


Junto con una sana disciplina, sé amable contigo mismo.


Tú eres una criatura del Universo, no menos que los árboles y las estrellas; tú tienes derecho a estar aquí.


Y te resulte evidente o no, sin duda el Universo marcha como debe.


Por lo tanto, manténte en paz con Dios, de cualquier modo que lo concibas y cualesquiera sean tus trabajos y aspiraciones.


Mantén en la ruidosa confusión, paz con tu alma.
Con todos sus engaños, trabajos y sueños rotos, este sigue siendo un mundo hermoso.
Ten cuidado.
¡Esfuérzate en ser feliz!


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