Texto del discurso del Sr. Presidente de la República Oriental del Uruguay José Alberto Mujica Cordano (Montevideo, 1935) conocido como José Mujica o Pepe Mujica, en la cumbre Río+20, Conferencia de las Naciones Unidas por el Desarrollo Sustentable, el 20 de junio de 2012.
(Recomiendo leer el texto de la transcripción que sigue abajo del video)
Autoridades
presentes de todas la latitudes y organismos: Muchas gracias!
Muchas
gracias y nuestro agradecimiento al pueblo de Brasil y a su Sra. Presidente,
Dilma Rousseff.
Y
muchas gracias a la buena fe que, seguramente, han manifestado todos los
oradores que me precedieron.
Expresamos
la íntima voluntad como gobernantes de acompañar todos los acuerdos que esta,
nuestra pobre humanidad, pueda suscribir.
Sin
embargo, permítasenos hacernos algunas preguntas en voz alta.
Toda
la tarde se ha estado hablando del desarrollo sustentable.
De
sacar las inmensas masas de la pobreza.
¿Qué
es lo que aletea en nuestras cabezas?
¿El
modelo de desarrollo y de consumo, que es el actual de las sociedades ricas?
Me
hago esta pregunta: ¿qué le pasaría a este planeta si los hindúes tuvieran la
misma proporción de autos por familia que tienen los alemanes?
¿Cuánto
oxígeno nos quedaría para poder respirar?
Más
claro: ¿El mundo tiene los elementos, hoy, materiales, como para hacer posible
que 7 mil u 8 mil millones de personas puedan tener el mismo grado de consumo y
de despilfarro que tienen las más opulentas sociedades occidentales? ¿Será
posible?
¿O
tendremos que darnos algún día, otro tipo de discusión?
Porque
hemos creado una civilización, en la que estamos: hija del mercado, hija de la
competencia... que ha deparado un progreso material portentoso y explosivo.
Pero lo que fue economía de mercado ha creado sociedades de mercado.
Y
nos ha deparado esta globalización, que significa mirar por todo el planeta.
¿Estamos
gobernando la globalización o la globalización nos gobierna a nosotros?
¿Es
posible hablar de solidaridad y de que “estamos todos juntos” en una economía
que está basada en la competencia despiadada?
¿Hasta
dónde llega nuestra fraternidad?
No digo nada de esto para negar la importancia de este evento.
No.
Es por el contrario: el desafío que tenemos por delante es de una magnitud de
carácter colosal y la gran crisis... no es ecológica, es política.
El
hombre no gobierna hoy las fuerzas que ha desatado! Sino que las fuerzas
que ha desatado lo gobiernan al hombre. Y la vida.
Porque
no venimos al planeta para desarrollarnos en términos generales.
Venimos
a la vida intentando ser felices.
Porque
la vida es corta y se nos va.
Y
ningún bien vale como la vida. Y esto es elemental.
Pero
si la vida se me va a escapar, trabajando y trabajando para consumir un “plus”
y la sociedad de consumo es el motor, -porque, en definitiva, si se paraliza el
consumo, o se detiene la economía, y si se detiene la economía, es el fantasma
del estancamiento para cada uno de nosotros- Pero ese híper consumo, a su vez,
es el que está agrediendo al planeta!
Y
tiene que generar ese hiper consumo, cosas que duren poco, porque hay que
vender mucho!
Y
una lamparita eléctrica, no puede durar más de 1000 horas encendida.
¡Pero
hay lamparitas que pueden durar 100 mil... 200 mil horas!
Pero
esas no se pueden hacer! porque el problema es el mercado, porque tenemos
que trabajar y tenemos que tener una civilización de “use y tire”, y estamos en
un círculo vicioso.
Estos
son problemas de carácter político que nos están diciendo la necesidad de
empezar a luchar por otra cultura.
No
se trata de plantearnos el volver al "hombre de las cavernas", ni un
“monumento del atraso”. Es que no podemos, indefinidamente, continuar
gobernados por el mercado, sino que tenemos que gobernar al mercado.
Por
ello digo que el problema es de carácter político, en mi humilde manera de
pensar.
Porque... los viejos pensadores definían –Epicúreo (sic) (1), Séneca,
los Aymaras-: “Pobre no es el que tiene poco, sino que verdaderamente pobre, es
el que necesita infinitamente mucho, y desea, y desea... y desea más y
más”.
Esta
es una clave de carácter cultural.
Entonces,
voy a saludar el esfuerzo y los acuerdos que se hacen.
Y
los voy acompañar, como gobernante.
Porque
sé que algunas cosas de las que estoy diciendo, “rechinan”.
Pero
tenemos que darnos cuenta que la crisis del agua, que la crisis de la agresión
al medio ambiente no es una causa.
La
causa es el modelo de civilización que hemos montado.
Y
lo que tenemos que revisar es nuestra forma de vivir.
¿Por
qué?
Pertenezco
a un pequeño país muy bien dotado de recursos naturales para vivir. En mi país
hay 3 millones de habitantes. Un poco más... 3 millones doscientos. Pero
hay unos 13 millones de vacas de las mejores del mundo. Y unos 8 o 10 millones
ovejas estupendas. Mi país es exportador de comida, de lácteos, de carne. Es
una penillanura, casi el 90% de su territorio es aprovechable.
Mis
compañeros trabajadores, lucharon mucho por las 8 horas de trabajo.
Ahora
están consiguiendo 6 horas.
Pero
el que consigue 6 horas, se consigue dos trabajos; por lo tanto, trabaja más
que antes.
¿Por
qué?
Porque
tiene que pagar una cantidad de cuotas: la motito que compró, el autito que
compró, y pague cuotas y pague cuotas y cuando se quiere acordar, es un viejo
reumático –como yo- y se le fue la vida.
Y
uno se hace esta pregunta:
¿Ese
es el destino de la vida humana?
Estas
cosas que digo son muy elementales: el desarrollo no puede ser en contra de la
felicidad. ¡Tiene que ser a favor de la felicidad humana; del amor... arriba de
la Tierra, de las relaciones humanas, del cuidado a los hijos, de tener amigos,
de tener lo elemental!
Precisamente,
porque eso es el tesoro más importante que tienen.
Cuando
luchamos por el medio ambiente, (tenemos que recordar que) el primer elemento
del medio ambiente se llama: La felicidad humana.
¡Gracias!
¡Gracias!
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(1) NOTA ER a mis alumnos de FILOSOFÍA:
El Sr. Presidente Mujica puede decir "Epicúreo" por "Epícuro".
Uds. no.
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